Tras
varios meses de litigios, un tribunal federal concedió a la tribu yaqui
el amparo que declara nula la emisión del manifiesto de impacto
ambiental, dictamen que obliga a detener la construcción del acueducto
Independencia –proyecto
principal del programa Sonora Sistema Integral, promovido por el
gobierno de panista de Guillermo Padrés Elías-, con el que se pretende
desviar agua de la presa El Novillo hacia la capital del estado.
La
resolución, otorgada por el Juzgado cuarto del quinto Distrito del
Centro Auxiliar de la quinta Región con sede en Culiacán, Sinaloa,
obliga al gobierno federal y local a detener las obras, y abre la opción
de demandar penalmente a las autoridades de la región por desacato a
una orden judicial en caso de que los trabajos del acueducto sigan
adelante.
Sin
embargo, autoridades tradicionales de este pueblo alertan sobre la
posibilidad de que el gobernador de la entidad continúe con las obras a
pesar del ordenamiento judicial, tal como lo hizo el año pasado cuando
una jueza dictaminó la ilegalidad de la obra y por ende, su suspensión
inmediata.
En entrevista con Desinformémonos,
Mario Luna, representante de la nación yaqui, dijo que “esta resolución
juega a favor de la tribu porque ordena que se anule el manifiesto de
impacto ambiental y los trabajos que se están ejecutando basándose en
ese manifiesto. En este sentido, se le otorga a la tribu el derecho a
tener que ser consultados en un ambiente apropiado, y en nuestro
territorio, si queremos o no que se realice el proyecto”.
La intención
del gobierno de Sonora es desviar anualmente 75 millones de metros
cúbicos de agua de la cuenca sagrada del río Yaqui a la ciudad de
Hermosillo con fines comerciales. “El agua que pretenden desviar de
nuestro territorio no será para uso doméstico, sino para llenar una
presa de la zona industrial de Hermosillo, donde se encuentran empresas
como Ford, Big Cola, Apasco, y donde se instalará la cervecera
Heinekken”, agrega Mario Luna.
Este
proyecto ha puesto a la tribu yaqui y a todos los habitantes del valle
en una situación crítica. De las 90 mil hectáreas aptas para cultivarse
en la región, tan sólo 17 mil hectáreas están sembradas por falta de
recursos hídricos para el riego.
Para
defender su agua, su autonomía y el derecho a decidir su destino, el
pueblo yaqui ha seguido los conductos legales que marca la Constitución y
ha obtenido triunfos en este rubro: una medida cautelar preventiva a
favor de la demanda de restitución de aguas otorgada por el Tribunal
Unitario Agrario 35 de Ciudad Obregón, que prohíbe “el desvío de
caudales de cualquier índole fuera de la cuenca del río Yaqui en tanto
no hubiera sido resuelto el conflicto de aguas”, y un amparo contra la
licitación del acueducto que ordena parar las obras, otorgado por un
juzgado de distrito a los productores agrícolas del valle del Yaqui y
ratificado por un tribunal colegiado.
Con
el nuevo triunfo legal de los yaquis –la emisión de un amparo que
declara nula la emisión de impacto ambiental– “ya no existe posibilidad
para el gobierno de seguir con una obra que atenta contra la vida
comunal y contra la existencia misma de nuestro pueblo”, dijeron
representantes de las autoridades tradicionales a Desinformémonos.
“Si
se aplica lo que establece la Constitución, debe detenerse la
construcción. En caso de que no sea así, tendremos elementos jurídicos
suficientes para demandar penalmente a las personas que están
incumpliendo ese ordenamiento judicial. Ése sería el siguiente paso,
realizar las demandas penales que resulten de este amparo y también
emprender acciones de resistencia civil”.
A
pesar de las disposiciones judiciales, la obra para la construcción del
acueducto Independencia —que costará casi cuatro mil millones de pesos y
tendrá una longitud aproximada de 175 kilómetros— está terminada en alrededor
del 65 por ciento, pero ésta es “totalmente reversible según lo dicta
el amparo, producto del juicio agrario de restitución de agua, que
impide que se desvíe agua de la tribu yaqui, específicamente de la presa
El Novillo. Y, en ese sentido, aunque el 100 por ciento del acueducto
esté listo, no podrán disponer de las aguas, por lo que las obras
actuales son un gasto innecesario”.
En septiembre del año pasado, la tribu yaqui realizó
acciones de resistencia en protesta por la construcción del acueducto,
que incluyeron bloqueos intermitentes en la carretera internacional
México-Nogales y que provocaron un cerco militar y policiaco alrededor
de Vícam Pueblo. Sin embargo, las obras siguieron adelante y el
gobernador Padrés, al ser cuestionado sobre el desacato en que estaba
incurriendo, aseguró que “no existía tal cosa”.
Tras
la nueva sentencia judicial, las autoridades tradicionales decidieron
viajar a la Ciudad de México para difundir lo que está sucediendo en el
valle del Yaqui pues, aseguran, “en Sonora nos han cerrado las puertas
prácticamente todos los medios y desde allá resulta casi imposible dar
difusión a nuestra lucha”.
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