Cada persona tiene una forma
específica en la que se puede memorizar lo que estudia. Sólo recuerda que, más
allá de memorizar, debes entender lo que estás leyendo,
en especial porque de nada sirve que te aprendas todo si no tienes idea de lo
que estás hablando y el próximo año se te complicará aún más entenderlo.
Si tú eres de las que se
acuerdan de todo lo que escuchan y reconoces perfecto una
canción de sólo escuchar las primeras notas, entonces lo mejor que puedes hacer
es leer en voz alta lo que te necesitas aprender y
escuchar tu propia voz. Incluso, si necesitas más ayuda, puedes
grabarlo y escucharlo constantemente mientras revisas tus
notas.
Si eres de las que necesita
tomar nota en tu agenda de una cita para acordarte de la misma,
entonces te enfocas más a lo visual y por lo tanto debes
escribir y transcribir todo lo que te diga tu profesor o lo que lees.
Si con una vez no te basta, no seas floja y haz copias de lo mismo
una y otra vez hasta que se te quede completamente grabado.
Encuentra un lugar
cómodo y callado para estudiar, ¡que no sea tu cama!, bien
iluminado y en el que te puedas concentrar. Si te pones a leer
en tu cama lo más seguro es que te de sueño y te distraigas constantemente.
Trata de enfocarte en un sólo tema y avanza de poco en poco. No
trates de aprenderte todo rápidamente porque sólo te saturarás
y a los cinco minutos seguro ya todo estará revuelto en tu mente y no sabrás de
qué estás hablando.
Procura no desvelarte el día anterior a tu examen para estar
completamente descansada el día siguiente.
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