La evaluación se
concibe como un medio para determinar si se logró o no el objetivo planteado,
sirve para analizar las fallas u omisiones que se tuvieron y tratar de
superarlas. Sin embargo en el terreno educativo es importante señalar que se
trata de un proceso de ida y vuelta del que no sólo se obtienen fallas, sino
también aciertos y además responde a las necesidades de los alumnos y por
supuesto facilita el aprendizaje, porque contempla un nivel para continuar con
el proceso educativo.
Evaluar sustenta una base para
planear una clase adecuando el proceso que llevan los estudiantes. Se trata de
un elemento más del proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que lleva impreso el
fin que se va obteniendo de los propósitos iniciales y de los cambios que poco
a poco se vayan realizando.
a) Por su funcionalidad:
·
Formativa
·
Sumativa
b) Por su temporalización:
·
Inicial
·
Procesual
·
Final
c) Por sus agentes:
·
Autoevaluación
·
Coevaluación
·
Heteroevaluación
En el proceso de evaluación es indispensable planear los
pasos que han de seguirse para lograr medir los resultados y las posibilidades
que manifiesten los estudiantes. La evaluación considera los procesos y los
productos.
“LA
ESCRITURA”
¿Qué evaluar?
Las ideas que plasmen los
alumnos en el texto; la extensión de los productos al comienzo de su desarrollo
como escritores; la ortografía y los signos de puntuación; coherencia, claridad
y sencillez del escrito; la creatividad que implementen en el texto, como
aportación a la innovación en el tema que desarrollen; las evidencias de que
las habilidades cognitivo-lingüísticas se estén desarrollando en el texto, y
que tengan un nivel de desempeño aceptable; el interés y actitud manifestada en
el proceso.
¿Con qué
evaluar?
Con los productos parciales
y finales de los estudiantes, la participación en el grupo y equipos de
trabajo, las actividades de comprobación.
¿Para qué evaluar?
Para detectar las
habilidades de los nuevos escritores; facilitar la elaboración de textos
posteriores; regular el proceso de enseñanza y aprendizaje, reforzando los
elementos positivos y reorientando los negativos; reformar el proceso de las
estrategias de redacción manejadas; orientar al estudiante sobre sus
composiciones; reconocer los avances y omisiones de cada estudiante; y para que
los alumnos sientan confianza en sí mismos.
Es importante preparar de manera adecuada los
instrumentos de evaluación que sirvan de registro y testimonio de lo que
deseamos evaluar, para interpretar adecuadamente los niveles de desempeño que
se traducen en aprendizajes esperados, desarrollados desde la planeación y
aplicación de las estrategias. Estos pueden ser registros anecdóticos, escalas
estimativas, exámenes objetivos.
La evaluación educativa no sólo debe tener como finalidad
la asignación de números para resolver presiones o satisfacciones
administrativas, sino también la formación de elementos para que el alumno se
enfrente a la solución de problemas de su propio contexto, es decir, que no se
quede en el nivel de saber, sino de saber hacer.
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