Había una vez en una
escuela, un maestro que siempre estaba de mal humor, así que nunca se reunía a la hora de receso con sus compañeros, mucho
menos de sus alumnos, por lo que siempre se le veía en un rincón desayunando
solo, un día una muchacha estaba a la otra orilla observando al maestro, la cual
se acerca y le pregunta ¿Cómo esta? Él muy desconcertado contesta: bien,
gracias. La muchacha le pregunta por que esta tan solo, él solo contesta no me
gusta casi platicar, así que mejor leo algún un libro, por que me encanta leer. La muchacha
hace una expresión de asombro, ¿Qué tipo de
género le gusta? Por qué a mi me gusta mucho leer libros de ciencia ficción,
el maestro le recomienda más libros y
pronto empiezan a platicar de algunos títulos que él conoce. La muchacha se
alegró de poder compartir algo con su maestro, ya que a sus compañeros no les
agradaba leer. Y el maestro mostró una gran sonrisa. Por lo que algunos
compañeros de trabajo alcanzaron a escuchar la conversación, y también
comenzaron a dialogar sobre el mismo tema en común con el maestro. Fue así como
el maestro nunca volvió a desayunar solo, ni estar enojado.
MORALEJA:
No juzgues a un libro por su portada, si
no por su contenido!!!!!!
¿Cuantas veces como docentes juzgamos injustamente a nuestros alumnos?
¿Quién dedica aunque solo sean 5 minutos a saber algún gusto o disgusto de ellos?
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