ciencias sociales y educacion
Los grupos humanos han concedido siempre enorme importancia al
hecho de que las jóvenes generaciones conozcan las tradiciones, las experiencias
colectivas y la organización y funcionamiento de la sociedad. Gran parte de la
educación, en su función socializadora, ha consistido en conocer la propia
sociedad, su pasado histórico, así como el espacio y territorio en que se
desarrolla la vida del grupo. En la sociedad moderna, es la escuela la
institución principalmente encargada de asegurar esa función.
En la Educación Primaria, el conocimiento de la sociedad ha
estado incorporado a un área más amplia, de "Conocimiento del Medio". La
delimitación progresiva de esa área, como corresponde al nivel evolutivo de los
alumnos en la etapa de Secundaria, reclama un mayor rigor y profundización en
los mismos, conforme se hace en varias áreas diferenciadas, entre ellas la de
"Ciencias Sociales, Geografía e Historia". En esta área, y por comparación con
la de "Conocimiento del Medio" de Primaria, se diversifican los conceptos y se
afina y perfecciona su comprensión; se abordan los problemas en un nivel más
elevado de abstracción y generalización; se amplían y se hacen más complejos los
procedimientos de indagación y análisis; se analizan espacios y tiempos a
diversas escalas, más alejadas de la percepción inmediata de los alumnos; y, en
general, se consolidan y enriquecen las actitudes y los valores relacionados con
la realidad humana.
A semejanza de la etapa educativa anterior, aunque con un peso
relativo diferente, se mantienen los dos polos básicos y complementarios del
conocimiento de la realidad: el relacionado con la experiencia personal y el
socialmente compartido y organizado en disciplinas científicas. A lo largo de la
Educación Secundaria Obligatoria se mantiene la tensión entre ambos: la
experiencia de los alumnos y sus esquemas previos de conocimiento continúan
siendo un referente imprescindible en el proceso de selección y organización de
los contenidos de aprendizaje, así como en la planificación de la enseñanza en
orden a un aprendizaje significativo; pero la estructura social y disciplinar
del área cobra una importancia creciente que ha de manifestarse en los
contenidos básicos.
Los contenidos formativos más tradicionales en el ámbito del
conocimiento de la sociedad han sido los de la Historia y la Geografía. Estas
dos disciplinas destacan, no sólo por su mayor antigüedad académica y tradición
educativa, sino también por el hecho de ser las ciencias que consideran la
realidad humana y social desde una perspectiva más global e integradora. Con
todo, en la formación de los jóvenes hay contenidos básicos que esas dos
ciencias no pueden cubrir por sí solas de forma satisfactoria, por lo que esta
área ha de nutrirse de otras disciplinas, como son Sociología, Antropología,
Economía, Historia del Arte, Ecología, etc.
Las disciplinas mencionadas tienen en común algunos rasgos
destacados en relación con su objeto de estudio, los seres humanos en sociedad,
con sus conceptos, sus procedimientos de investigación y explicación e, incluso,
con las actitudes y valores que promueven. No obstante, presentan también
diferencias notables en sus respectivos cuerpos conceptuales, en sus métodos y
técnicas de trabajo y, en general, en sus perspectivas de análisis y
objetivos.
El tratamiento educativo apropiado para la inclusión de varias
disciplinas en una sola área no es la mera yuxtaposición de las mismas, ni
tampoco una globalización en la que se desdibuje la naturaleza específica de
cada una de ellas; el planteamiento curricular adecuado está en una posición
equilibrada entre ambos extremos, subrayando las relaciones y rasgos comunes de
las disciplinas tanto como el carácter específico de las mismas. Se trata de
recoger las contribuciones de cada disciplina y de ponerlas al servicio de unos
objetivos educativos de naturaleza más general. El énfasis otorgado a la
Geografía y a la Historia se corresponde precisamente con su mayor capacidad
estructuradora de los hechos sociales. En tal planteamiento, el currículo básico
de esta área deja un ancho margen de libertad para que las programaciones
curriculares se organicen con un mayor peso de consideraciones disciplinares o,
por el contrario, con un enfoque integrador, pero haciéndolo, en todo caso,
equilibradamente.
La enseñanza en esta área se encamina a que los alumnos
adquieran los conceptos, procedimientos y actitudes necesarios para comprender
la realidad humana y social del mundo en que viven, proporcionándoles la
posibilidad de:
- Analizar, comprender y enjuiciar los rasgos y los problemas
centrales de la sociedad en el momento actual.
- Conocer, comprender y valorar críticamente el entorno próximo
y la comunidad humana y social en sus distintos ámbitos: localidad, Comunidad
Autónoma, España, Comunidad Europea, comunidad internacional.
- Apreciar la riqueza y variedad del patrimonio natural y
cultural.
- Comprender los fenómenos y procesos que tienen lugar en el
territorio como consecuencia de la compleja interacción entre los agentes
humanos y la naturaleza; analizar su localización y distribución; entender las
diferencias y contrastes entre sociedades y grupos en función de factores
naturales y humanos, en particular económicos; tomar conciencia de la fragilidad
de los equilibrios ecológicos y de la creciente responsabilidad humana en el
mantenimiento de los mismos, y, en suma, entender la vida de los grupos humanos
sobre la superficie terrestre y sus principales condicionantes.
- Conocer el funcionamiento y los mecanismos de las sociedades,
analizar y comprender los hechos y fenómenos sociales en el contexto global en
que se producen y analizar los procesos de cambio histórico en la sociedad
preguntándose por el sentido del progreso en la evolución de las sociedades.
- Consolidar y desarrollar en los alumnos las actitudes y
hábitos característicos del humanismo y de la democracia, adquiriendo
independencia de criterio y juicio crítico para valorar con rigor y ponderación
hechos, acciones y opiniones, desarrollando actitudes de tolerancia y valoración
de otras culturas y de solidaridad con los individuos y grupos desfavorecidos,
marginados y oprimidos, y asumiendo una posición crítica ante los valores y
actitudes androcéntricos de nuestra cultura.
- Adquirir capacidades relacionadas con el manejo crítico de la
información y de los medios que la canalizan y procesan, en especial de las
nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.
La enseñanza y el aprendizaje del área se ven facilitados en
estas edades por el desarrollo intelectual desde el pensamiento concreto al
formal. Sin embargo, la complejidad de ciertas tareas centrales en el área
plantea algunas dificultades en ese desarrollo que es preciso tener presente al
planificar y organizar la enseñanza del área. Concretamente estas dificultades
se manifiestan de manera preferente en la naturaleza multicausal e intencional
de la explicación de los hechos humanos y sociales, la adquisición de nociones
espaciales y temporales, el procesamiento de informaciones divergentes y
contradictorias, y la superación de las diferencias a menudo existentes entre el
conocimiento científico y el cotidiano sobre la realidad social.
Las consideraciones hechas hasta aquí proporcionan algunos
criterios para la selección y organización de los contenidos. Tales criterios
pueden agruparse en tres tipos de ejes (temáticos, de procedimientos y de
actitudes) que forman la estructura central del contenido del área.
Los ejes temáticos conjugan los distintos referentes
disciplinares con las intenciones formativas del área; así cada eje facilita un
núcleo homogéneo de conceptos, procedimientos y actitudes que posteriormente se
desarrolla y concreta en varios bloques de contenidos.
El eje "Sociedad y territorio" aborda las manifestaciones y
procesos que se dan en el espacio geográfico como resultado de las interacciones
entre el medio físico y la actividad humana. Asimismo destaca los procedimientos
de información cartográfica y de análisis multifactorial, y las actitudes
relativas a la conservación del medio ambiente y la solidaridad entre los
pueblos de la Tierra. En este eje temático la geografía es el referente
disciplinar prioritario, si bien integra igualmente aportaciones de la economía,
la sociología y la ecología.
El eje "Sociedades históricas y cambio en el tiempo" se ocupa
del estudio sincrónico de las sociedades y culturas como conjuntos de elementos
interrelacionados y también de los procesos de evolución y cambio en la
experiencia humana, da prioridad a los procedimientos relativos a la cronología,
el tratamiento de las fuentes históricas y el análisis multicausal e intencional
y, entre las actitudes, a la valoración del patrimonio histórico y a la
tolerancia y el relativismo cultural. En este eje, la historia, la historia del
arte y la antropología son los referentes disciplinares principales.
"El mundo actual", por último, se ocupa de los hechos y
conceptos relacionados con las cuestiones y rasgos centrales que caracterizan la
vida en nuestras sociedades contemporáneas. Da prioridad a los procedimientos
relacionados con el tratamiento de la información que facilitan los medios de
comunicación de masas y a su utilización como instrumentos para la argumentación
y el debate, así como a las actitudes de solidaridad, tolerancia y
responsabilidad en los asuntos colectivos. El eje no tiene una vinculación
disciplinar clara ni exclusiva, aunque es el más adecuado para recoger las
aportaciones de la economía, la política y la sociología.
Por su parte, los ejes de procedimientos y actitudes atraviesan
todos los bloques de contenido, contribuyendo así a dar a éstos homogeneidad y a
subrayar los elementos comunes de todo el área. Se destacan, en particular, los
procedimientos siguientes:
- "Indagación e investigación" como forma de acceder al
conocimiento. Los procedimientos de indagación implican identificación y
formulación del problema, así como las correspondientes hipótesis y conjeturas,
observación y recogida de datos, organización y análisis de los datos,
confrontación de las hipótesis, interpretación, conclusiones y comunicación de
las mismas. No se trata de preparar futuros investigadores, sino de mostrar a
los alumnos de manera práctica cómo trabajan los geógrafos, historiadores y
científicos sociales, cómo fundamentan sus hallazgos y qué problemas y
obstáculos han de afrontar.
- "Tratamiento de la información". En las disciplinas de esta
área son importantes las capacidades relativas a la recogida y registro de
datos, el análisis crítico de las informaciones, la inferencia, el contraste, la
síntesis interpretativa y el juicio evaluador.
- "La explicación multicausal". Los alumnos han de ser
introducidos en la comprensión y en el análisis de los numerosos factores
causales, personales o impersonales, que intervienen en la determinación de los
fenómenos humanos y sociales, así como del papel que las intenciones y
motivaciones de las personas desempeñan en esos fenómenos, sin caer en
explicaciones simplistas y estereo-tipadas.
Hay también ejes de actitudes que son comunes en todo el
área:
- "El rigor crítico y la curiosidad científica". Aunque son
actitudes que todas las áreas han de cultivar, resultan especialmente
significativas en ésta, tanto por el carácter opinable de los hechos humanos
objeto de estudio, como por la importancia que en ella adquieren el análisis y
la valoración crítica de la información.
- "La conservación y valoración del patrimonio", tanto natural
y medio-ambiental como artístico, cultural, institucional e histórico.
- "La tolerancia y solidaridad". La tolerancia respecto a
ideas, opiniones y creencias de otras personas y sociedades, la valoración y
defensa de la paz mundial y de la sociedad democrática, la responsabilidad
frente a los problemas colectivos y el sentido de la solidaridad humana, en
particular con las personas, grupos y pueblos que padecen discriminación u
opresión por cualquier causa.
Dentro de esta área se han incluido unos contenidos, referidos
a la reflexión ética, con características específicas respecto al resto de los
contenidos del área y de toda la Educación Obligatoria, porque en el
planteamiento curricular propio de las enseñanzas mínimas aquí reguladas la
educación moral no constituye un área específica, sino una dimensión transversal
a todas las áreas, dimensión presente, aunque no exclusiva, en los contenidos de
actitudes. Así, la educación misma aparece como una actividad intrínsecamente
moral, encaminada a la creación y consolidación de juicios críticos, actitudes y
modos de comportamiento que se sitúan en el ámbito de "lo moral". Sin embargo,
se incluyen en esta área contenidos que se ordenan a la educación moral, en un
nivel de reflexión, de análisis crítico y sistemático de posiciones morales, que
los alumnos pueden y deben comenzar a realizar al final de esta etapa. Se trata
de una reflexión de naturaleza filosófica, y que se corresponde con la filosofía
ética. Por su carácter, son unos contenidos que deben situarse en el último año
de la etapa.
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