La Revolución   es  de los acontecimientos más importantes  de la historia  de  México  y  principalmente del siglo XX. Con ésta, dio fin la larga  dictadura  porfirista y se pasó a una  difícil por la  participación de distintas  revolucionarias y  sus respectivos  caudillos, que al tener propósitos y  objetivos  diferentes unos de otros, lucharon entre sí para favorecer  sus intereses. La  Revolución iniciada por Madero con el  Plan  de San  Luis, fue provocada por causas de orden político,  económico y  social.
El propósito inicial era el derrocamiento de  Porfirio Díaz de la presidencia  de la  República. La  revolución maderista fue acogida con beneplácito  por grandes  sectores de la sociedad  mexicana, principalmente por los campesinos, que esperanzados por  lo prometido  por Madero, se lanzaron a la  armada; Villa,  Orozco y Zapata, encabezaron  esta lucha campesina, pero  se  dieron  de que el reparto o la restitución de las   tierras era lo que menos importaba a los dirigentes del movimiento.
Tanto Madero como Carranza pensaban que las reformas  sociales debían  aplazarse, primero estaban la  solución a las demandas políticas,  más  que sociales, lo que originó que primero, los  zapatistas se alzaran en armas contra  el  gobierno  maderista al considerarlo como traidor al no restituirles las  tierras a las  comunidades campesinas. Más tarde,  después del triunfo constitucionalista sobre  el huertismo,  los villistas se rebelarían contra Carranza.
CAUSAS.
El envejecimiento del sistema y la inmovilidad del gabinete porfirista.- Se refiere no sólo a la prolongada permanencia de Porfirio Díaz en la presidencia de la República, sino también de sus secretarios de Estado, de gobernadores de los Estados y demás funcionarios que se habían enquistado en el poder con todas las prerrogativas y privilegios que les ofrecía la dictadura. Para darnos una idea el ministro más tenía 60 años de edad y por lo menos, 20 años en el puesto. En 1910 Porfirio Díaz tenía ya 80 años de edad, la mayoría de sus colaboradores estaban también muy viejos y sólo se sustituían a los que morían, como en el caso del gobernador de Sinaloa, Francisco Cañedo, que fallece en 1909, al cual le sucede, por imposición, Diego Redo, partidario de Díaz. Ante esta situación la oposición va en aumento, principalmente de la clase media y de algunos sectores privilegiados que se sentían con el a participar del poder político, como es el caso de Madero y Carranza en Coahuila; y, Obregón y en Sonora.
El dictatorial personalista perfecto. John Kenneth Turner lo explica de la siguiente manera: "… El Presidente, el gobernador y el jefe político son tres clases de funcionarios que representan todo el poder en el país; en México no hay más que un solo poder gubernamental: el ejecutivo. Los otros dos poderes sólo figuran de nombre y ya no existe en el país ni un solo puesto de elección popular; todos son ocupados por nombramiento expedito por alguna de las tres clases de funcionarios del ejecutivo mencionado. Estos controlan la situación en sus totalidad, sus palabras son leyes en sus propias juridiscciones: el presidente domina en los 29 estados y dos territorios de la República; el gobernador en sus Estado; el jefe político en su distrito. Ninguno de los tres es responsable de sus actos ante el pueblo…"1 De esta manera se fue abonando el terreno para el descontento social, no sólo de los campesinos y obreros, sino también de la gente que tenía una situación económica favorable, pero que deseaba y aspiraba a ocupar puestos públicos que tenía acaparados la camarilla porfirista, por cierto, ya longeva.
Anota tu crítica a éste movimiento
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario