CUATRO
ACTITUDES FRENTE AL ADOLESCENTE
En la educación hay caminos fáciles y difíciles,
correctos y equivocados, estériles y fructíferos, rápidos y lentos, con grandes
satisfacciones o frustraciones podríamos elaborar una lista interminable de
posiciones hasta cierto punto contradictorias, lo que no se puede dejar a un
lado es el hecho de transmitir “ALGO” a
la generación que nos toca educar.
Tenemos cuando menos
cuatro caminos para transmitir los valores que vivimos a nuestros hijos:
1.- DOGMÁTICO: Prácticamente el papel del
hijo es sólo receptivo; nosotros decidimos por él (ella) en lo que concierte a
su modo de vivir.
2.- DEJAR HACER: Aquí se sustenta el
principio de que ningún sistema de valores es bueno para todos, prácticamente e
sólo opuesto del anterior.
3.- EJEMPLARIDAD: Aquí se piensa que si nos
presentamos como un modelo atractivo de la vivencia de un determinado conjunto
de valores, el adolescente que entra en contacto con nosotros quedará
profundamente impresionado y por lo mismo deseará adoptar nuestra actitud y
comportamiento.
4.- CLARIFICACIÓN: Este enfoque pretende
ayudar al adolescente a contestar a sus interrogantes y a construir su propio
sistema de valores.
LA EDUCACIÓN DE UN
ADOLESCENTE ES MUCHISIMO MÁS QUE MANDARLO A LA ESCUELA: EN ESTOS TIEMPOS Y MÁS
QUE ANTES EL MUNDO ESTA SIENDO SU ESCUELA.
Quizás el sistema
educativo formal sin darse cuenta y sin proponérselo está gestando un grave
problemas social de individuos resentidos que después de muchos años de
esfuerzos tienen dificultades al encontrar un trabajo donde practicar lo que
estudiaron y tener una retribución
económica.
En nuestros tiempos
vivimos muchos problemas de toda clase; sería difícil saber cuál es el mayor y el “causante” de los demás,
pero el día que acertemos los padres en nuestras actitudes con los hios
especialmente adolescentes disminuiremos enormemente y significativamente los
conflictos sociales; ya lo decía Platón: “la vida de una nación depende de la
familia”.
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