La gente sostiene al mundo

viernes, 1 de marzo de 2013

LA VIOLENCIA, UN PROBLEMA SOCIAL





                               
                                       


Sabías que……

La violencia es un problema social que afecta diversas esferas de nuestra vida. De manera cada más evidente todos estamos expuestos a la violencia y todos podemos generarla en distintas formas. La violencia no toma en cuenta diferencias de etnia, religión, edad o género, ni tampoco nivel socioeconómico, podemos experimentarla o encontrarla en el trabajo, en la calle, en la comunidad y hasta en nuestra propia casa.

Hasta hace muy poco la sociedad empezó a dejar de ver la violencia familiar como algo natural, normal y sin remedio. Hoy sabemos que la violencia se enseña, se aprende, se legitima y desafortunadamente se repite. También sabemos que se puede prevenir y que es posible salir de un círculo de violencia.

La violencia se promueve de diferentes maneras. Un ejemplo de ello está en los mensajes que transmiten los medios masivos de comunicación (televisión, radio, revistas y periódicos). En muchas ocasiones, éstos presentan la violencia como una forma válida para relacionarse con los demás u para resolver problemas. Los gritos, las ofensas, las amenazas y las disputas pueden tener distintos grados de violencia.

¿Sabían ustedes que los niños que viven en hogares mal avenidos en ocasiones tienen bajas calificaciones?, ¿Qué es muy importante estar atentos a los comportamientos de los menores que presencian o participan en escenas violentas y que no hablan de ello, ya que eso los hace menos aptos para defenderse de hechos o personas que lesionan su autoestima y si dignidad?

El problema de la violencia es más amplio de lo que creemos y no siempre es ajeno a nosotros. Por eso, es importante pensar si en nuestra convivencia cotidiana existen situaciones de violencia que pueden manifestarse de diferentes formas, desde una mirada y un silencio con intención de herir, hasta un golpe, porque de ser así aún es tiempo de cambiar.

LA FAMILIA EDUCA

En la familia se tienen penas y alegrías. En ella aprendemos a comportarnos y a relacionarnos con los demás, así como maneras para enfrentar la vida y resolver problemas; por eso es tan importante para nuestra educación. Puede estar formada por el padre, la madre y sus hijos o también por el abuelo, una abuela, una tía o algún otro pariente. Hay familias en las que el padre y la madre son los encargados de sostener económica y moralmente a los demás; también hay otras en las que solo la mujer cumple esas funciones, y otras más en las que el padre se ocupa de llevar el gasto. Cada familia es única.

Las familias pasan por diferentes momentos: cuando los hijos son pequeños, cuando son adolescentes o cuando se van y forman su propia familia. Poco a poco cambia, una familia se transforma.





Todo el tiempo se presentan diferentes situaciones que las familias deben enfrentar. Una familia en la que todos aprendes a resolver sus conflictos de mutuo acuerdo, construye dia a día un ambiente de tranquilidad, bienestar, tolerancia y seguridad que enriquece su vida. Se necesita ofrecer a nuestros niños una comunicación directa y amorosa para que se desarrollen niños seguros de sí mismos



MARCAR LIMITES NO ES LO MISMO QUE MALTRATAR

Un padre o una madre jamás deben desquitarse con su hijo o hija, ni desahogarse con ellos de sus frustraciones. Existe una gran diferencia entre marcar límites y maltratar, así como ser entre ser una autoridad y ser autoritario, lo cual no siempre distinguimos.

Cuando los adultos marcan límites, se responsabilizan del bienestar de los menores y los educan con paciencia y amor, entonces se comportan como corresponde a su autoridad. Sabemos que en la educación de los niños es muy difícil enseñarles que hay límites, por ejemplo, entre lo que pueden o no hacer o decir, cuándo participar, dónde y cuándo jugar, cómo tratar a los demás y cómo exigir ser tratados.

Para los niños y las niñas comprender estos límites no es fácil y es frecuente que los adultos pierdan el control y los maltraten. De ahí la importancia de establecer límites, sabiendo que el deber de corregir surge del amor a nuestros hijos, será más fácil hacerlo con decisión y firmeza cuándo es necesario sin caer en el abuso y el trato indebido.



LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS SON INDEFENSOS, NUNCA HAY QUE HUMILLARLOS, AMENAZARLOS O GOLPEARLOS; HAY QUE ENSEÑARLES LÍMITES Y CORREGIRLOS CON CARIÑO.

LA CRUELDAD ES ABOMINABLE, Y EN CONSECUENCIA TENEMOS QUE EVITAR CAER EN ELLA.



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