escuela pública vs escuela privada

Sus fondos provenientes de impuestos ayudan a mantener a las escuelas públicas, ¿pero estas escuelas le proporcionan a su hijo/a la mejor educación posible?. Parece ser que el noventa por ciento de los padres Norteamericanos piensan eso, debido a que la cifra representa al número de niños registrados en el sistema de escuelas públicas. En una encuesta realizada en el año 2002 se descubrió que sólo el 24 por ciento de las escuelas Estadounidenses eran escuelas privadas que cobraban matrícula.
Si se está preguntando si lo mejor sería que su hijo/a concurriera a una escuela privada, existen ciertos factores que debería tomar en cuenta. Los principales temas a considerar son los siguientes:
La reputación académica.
La ubicación de la escuela/colegio.
La ideología.
Si prefiere que su hijo/a reciba instrucción religiosa o moral.
La reputación como un entorno seguro para los niños.
El tamaño de la escuela y la cantidad de niños que hay en cada clase.
La preparación que posee la escuela para que sus estudiantes puedan luego ingresar a la Unversidad.
Programas especiales de interés particular
Costo
La reputación académica puede variar significativamente de una escuela a otra. La zona distrital en la cual usted resida determinará la escuela pública a la que su hijo/a deberá concurrir. Si dicha escuela funciona bajo un bar, ésta será una razón sumamente importante como para que los padres del niño en cuestión consideren un sistema alternativo de educación para su hijo/a. Debería existir un tema específico asociado con las escuelas públicas que causan preocupación, tales como: la prevalencia del uso de drogas o la violencia entre los estudiantes. Dichas razones son frecuentemente las precursoras de las decisiones que toman los padres de pagar para que sus hijos concurran a una escuela privada.
Usted también debería considerar cuántos de los niños que concurren a una escuela pública determinada continuarán sus estudios en una universidad. Si la preparación para el ingreso a una universidad es un objetivo central en la escuela pública local, ésta podría ser una razón más que suficiente como para apegarse a este sistema.

Clases Pequeñas, Más Atención

Cuando la población estudiantil de una escuela pública crece desmesuradamente, algunos niños pueden llegar a no ser tenidos en cuenta o pueden ser descuidados. Por otro lado, las escuelas pequeñas no siempre cuentan con los fondos necesarios como para solventar programas especiales. Aún así, cuánto más pequeña sea la clase, mayor será la atención que reciba cada estudiante.
Las escuelas privadas pueden ser exigentes con sus estudiantes y ésto tendrá un efecto positivo en todo lo relacionado con la seguridad de la escuela.
Las escuelas públicas necesitan atender a una población general en lugar de prestar servicios a aquellos estudiantes que posean dones especiales o carencias. Como consecuencia de ello - con frecuencia - los fondos no son invertidos en programas que beneficien a niños que posean alguna cualidad o déficit específico. Por otra parte, las escuelas privadas frecuentemente se centran en, por ejemplo: elaborar programas para niños superdotados, o hacen hincapié en el arte. Las escuelas privadas también pueden ofrecer un punto de vista moral o religioso específico, clases para estudiantes de un mismo sexo, o entrenamiento militar. A veces, las escuelas privadas ofrecen alojamiento, lo cual puede llegar a transformarse en una ventaja para ciertos estudiantes y sus familiares.
Por supuesto, el costo es un factor sumamente importante y una de las principales razones por las cuales la mayoría de los padres escogen las escuelas públicas.
Si la escuela pública perteneciente a su zona distrital no es la que se adecua a sus necesidades y preferencias, debería considerar cuál opción es más efectiva en relación a costo-beneficio: trasladarse a una zona diferente, o acotar los gastos para poder pagar la educación de su hijo/a en una escuela privada.

¿Actitud Elitista?

Cuando los gastos no son un problema, algunos padres siguen optando por las escuelas públicas, convencidos de que los maestros de dichas escuelas no poseen una actitud elitista, o de que las escuelas públicas son una institución Norteamericana que se ha sabido ganar nuestro respeto y nuestro apoyo.